La historia parece algo muy simple, un joven que fue al famoso programa “¿Quién quiere ser millonario?” para que el amor de toda su vida lo vea por televisión y se reúnan nuevamente. El muchacho gana el dinero, se queda con la chica y todos felices ¿Eso es realmente Slumdog Millionaire? Creo que no…
A través de una trama sencilla, nos muestra la realidad hindú de una manera indescriptible. Al comenzar la película donde se muestra Mumbay, la violencia que tuvo que sufrir el niño desde pequeño, parece que estuviésemos viendo una simple película donde se trata de mostrar la otra cara de un país, ejemplos venezolanos: huele pega o secuestro express, de las cuales siempre nos quejamos que sólo muestran lo malo venezolano.
Es verdad que cualquier país tiene su aspecto negativo, una realidad de la cual la mayoría de la nación (y menos del mundo) estamos conscientes. Pero todo está formado de pros y de contras, de aspectos positivos y negativos, por lo cual hay que encontrar ese equilibrio que existe en el día a día para así plasmarlo en la pantalla. Esto fue, a mí parecer, el gancho Slumdog Millionare.
Se nos muestra la pobreza que hay, los métodos que utilizan algunas de las mafias más poderosas que existen allá para conseguir dinero, como la vida para la mayoría de las personas en ese país es muy difícil.
Pero al finalizar la película no quedamos tristes, con algo pesado en el pecho al recordar esas imágenes que muchas son realmente impactantes, si no que salimos con una sonrisa en nuestras caras porque hay esperanza, hay un mejor futuro, sólo hay que buscarlo.
Otra cosa sorprendente con respecto a la producción, es que fue realizada con muy bajo presupuesto, incluso utilizando en varias ocasionas cámaras Handycam normale para las escenas de Mumbay. Aunque algunas veces se puede observar que está sobresaturada la imágen, realmente le da esa chispa de veracidad, de calor, de estar realmente en India.
Los planos fueron planificados de una manera ejemplar, las que me causaron mayor impresión fueron las primeras en la persecución del policía a los dos niños. Tantos movimientos de cámara, tantos planos bien delimitados, con una música perfecta para el momento. Con ese comienzo ya íbamos bien.
Y hablando de música, la banda sonora fue fenomenal. Mezclaron sonidos actuales, según la trama de la película con la tradición Hindú. Quedé sin más nada que desear. Simplemente un equilibrio maravilloso. Por algo ganaron un Oscar por Mejor banda sonora.
Una película que ya es conocida por todo el mundo y seguirá cosechando éxitos. Una evidencia más que la creatividad, la manera de expresar un mensaje y poner un poco de cada cosa, amor, alegría, sufrimiento, realidad y hasta un poco de baile al final, pueden ser los elementos necesarios para una película que dejará huella en la historia.
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