miércoles, 17 de junio de 2009

Eutanasia ¿Decisión o única posibilidad?

En Venezuela muchas familias no pueden permitirle a su ser querido luchar unos días más por sobrevivir.
Evitar la muerte en nuestro país no está al alcance del bolsillo de todos.


Fueron horas muy difíciles las que tuvo que pasar Antonio Coelho antes de tomar aquella decisión. Nunca pensó que la situación de su amigo fuera tan grave, pero luego del derrame cerebral no había más nada que hacer. Los médicos no veían esperanza y cada segundo contaba. Esa noche comunicó a los especialistas que desconectaran a Enrique Araujo Amorim de 47 años. Su corazón se detuvo dejando una controversia en la mente de muchos.

La Eutanasia sigue siendo uno de los casos de mayor divergencia en el mundo actual junto con el aborto. A pesar de que en algunos países es ilegal, en otros dan la vuelta a la moneda buscando “una muerte digna” para el paciente. Dependiendo de qué cara veas la situación tendrás tu propia enfoque. Pero ¿Qué tan relativo es esto? ¿Se puede hablar de tu visión o mi percepción tratándose de vidas humanas? Hay que pensarlo más detenidamente.

Este término se deriva del griego eu (bien) - thanatos (muerte), es decir una buena muerte. El abogado José Alí Sosa, nos explica que en términos jurídicos, es una acción u omisión que busca evitar sufrimientos a pacientes desahuciados acelerando su muerte con o sin su consentimiento. Ya en el aspecto médico se dice que es inducir la muerte a una persona afectada por una dolencia que la ciencia no tiene solución.

Si profundizamos un poco más acerca de los diferentes tipos veremos que existe la positiva o directa, que es cuando se interviene suministrándole algún medicamento extra al paciente; y por otro lado la negativa o pasiva, en la que se omite algún tratamiento que estaba recibiendo la persona. Pero en ambos casos la finalidad es la misma, se obtiene el mismo resultado.

Pero al hablar en términos médicos o legales se omite una parte muy importante del caso, que estamos tratando con personas humanas, de la vida de un hombre, un amigo o un familiar. “Allí la situación cambia un poco, se ve desde otra perspectiva”, recuerda Antonio Coelho cuando explica todo lo que tuvo que vivir cuando un gran amigo pasó por un momento muy difícil. Algo que no es fácil de recordar.

Enrique Araujo Amorim nunca imaginó que un accidente automovilístico cambiaría el rumbo de su vida tan drásticamente. Año y medio antes de su desaparición, sufrió un percance que le ocasionó fuertes dolores de cabeza sin razón alguna. Debido a su constancia decidió ir al médico dándole un tratamiento para los meses próximos y otro trimestral para su cerebro.

La vida no le permitió culminarlo y con el paso del tiempo se fue agravando cada vez más. Un día mientras trabajaba en la construcción le comenzaron a salir unas manchas “extrañas” en todo el cuerpo. Pero a pesar de las nuevas medicinas, su aspecto no mejoraba. Se esperaba lo peor, pero nadie imaginaba la situación en que se verían inmersos todos los familiares y amigos.

Un día finalmente tuvo que ser trasladado de emergencia al hospital, confirmándoles que era un derrame cerebral además de una cirrosis en el hígado. Pocos minutos después ya había caído en estado de coma. “Es allí donde decido hablar con los médicos para que me den una explicación legal y sincera por parte ellos, necesitaba saber exactamente lo que pasaba porque los recursos de la familia eran pocos” recuerda el Sr. Coelho.

Le explicaron que la situación era desfavorable, que había muy pocas posibilidades de vida para Enrique Araujo, pero que era mejor esperar una hora. Al finalizar la misma, los especialistas le volvieron a decir que había escasas esperanzas de vida y que la mejor solución era que desconectaran la máquina. Ante la no mejoría de su compañero Antonio Coelho tomó una de las decisiones más difíciles de su vida.

“Tuve que pasar por varios trámites legales pero me parece que lo que más importaba en ese momento era la lógica, las horas que estuviese mi amigo conectado no iban a cambiar en lo absoluto su situación, sólo le generaría una deuda económica a los familiares sin necesidad. Si vuelvo a pasar por circunstancias parecidas, tomaría la misma opción”.

Es fuerte desde cualquier manera en que se mire, por eso muchas personas buscan ayuda en el aspecto legal ¿Qué dicen las leyes venezolanas sobre esto? “Hay que aclarar que en nuestro país no está permitida la Eutanasia. Según el ordenamiento jurídico vigente quien la practique está cometiendo un Delito, específicamente Homicidio y debido lo establecido en el código penal tiene sus consecuencias según sea el caso de prisión o presidio”.

El abogado José Alí explica también que existe un anteproyecto de reforma del Código Penal Venezolano que aborda el tema pero no se ha profundizado más. “Se ha considerado la posición de otros países y analizado los fundamentos éticos, religiosos y filosóficos de derecho que puedan determinar el carácter legitimo de despenalizar la eutanasia”. Pero no se ha llegado a una conclusión al respecto.

El punto central es el debate social, ya que este es un tema que genera confusión en la mayoría de las personas. “En Holanda, por ejemplo, existe la Ley de Comprobación de Terminación de la Vida a Petición Propia y del Auxilio al Suicidio; se deben cumplir una serie de requisitos para practicar la eutanasia a cargo del médico, lo que ellos llaman requisitos de cuidado”.
Así en muchas partes del mundo se acepta, como en los Estados Unidos.Allí existe la Ley sobre morir con dignidad que rige en el estado de Oregon. La legislación Uruguaya contempla el homicidio piadoso dando la atribución al juez de exonerar de la pena a aquel sujeto que cometiere el homicidio por razones de piedad, mediante súplicas reiteradas de la víctima.

También en Alemania, Suecia y Finlandia el suicidio asistido está consagrado en el ordenamiento jurídico y por lo tanto no es considerado delito. En cambio en Venezuela partimos del principio que quien tome la decisión comete delito, aún así lo solicite el paciente desahuciado, en nuestro país no se aplica.

Pero ¿Qué se debe tomar más en cuenta? ¿El aspecto legal o el aspecto religioso? “Realmente las leyes de Dios son las que marcan, dictan las pautas. Las leyes del hombre deben inspirarse y materializar la ley de Dios”. Ciertamente, sigue explicando el abogado, las leyes están inspiradas en la Bioética, ética aplicada a las ciencias de la salud, diferenciar lo malo de lo bueno.

La decisión importante ahora es si se llegará a despenalizar la eutanasia, que en Venezuela se permita. Esto puede ocurrir, pero ¿Cuándo? El Sr. Sosa no tiene respuesta. “Incluso el tema tormentoso de la eutanasia no el único que está generando ruido en Venezuela, también la despenalización del aborto se está considerando. No es fácil llegar a un acuerdo cuando se tratan temas tan polémicos desde el punto de vista ético”.

No hay duda de que el horizonte se ampliará tanto en nuestro país como en el resto del mundo, pero estas discusiones presentan un conflicto de valores en los que se necesita reflexionar sobre fundamentos éticos y filosóficos que permitan determinar la legitimidad de despenalizar la eutanasia. Hace falta información, hay grupos como “Morir con dignidad” en Venezuela que no son conocidos por la mayoría.

Estos partidarios de legalizar la eutanasia, argumentan que la persona tiene derecho a disponer de su vida y recibir la ayuda necesaria para conseguir una muerte indolora, que no sean reducidos a simples objetos. Esta asociación existe a nivel mundial pero es necesario que tengan mayores espacios para la reflexión y el debate, especialmente en nuestro país.

En el aspecto médico actualmente se utiliza mucho un documento de voluntad anticipada, en el cual se pueda enfrentar algunas situaciones hipotéticas que puedan ocurrir. Esto podría ayudar a los familiares en el momento de tomar alguna decisión difícil.

Si hablamos de la parte religiosa también nos pone a pensar un poco. El Evangeliu Vitae de 1995 realizado por Juan Pablo II, explica que “el hombre, rechazando u olvidando su relación fundamental con Dios, cree ser criterio y norma de sí mismo y piensa tener el derecho de pedir incluso a la sociedad que le garantice posibilidades y modos de decidir sobre la propia vida en plena y total autonomía”.

El Papa proponía que estamos viviendo en una era de tecnología con mayores esperanzas, “En semejante contexto es cada vez más fuerte la tentación de la eutanasia, adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin « dulcemente » a la propia vida o a la de otros. En realidad, lo que podría parecer lógico y humano, al considerarlo en profundidad se presenta absurdo e inhumano.”

¿Pero realmente qué es lo correcto? ¿Qué hacer en ese momento donde una opción es la muerte y la otra la vida? La verdadera solución es la reflexión. Vivimos en un mundo rodeado de relativismo, sin espacios para el debate y el análisis. No estamos hablando de asuntos banales sino de algo determinante para el existir de miles de personas en el mundo, por lo que hay que darle la importancia que merece.

En Venezuela el asunto es un poco más complicado, además de evitar no tener una muerte dolorosa, influye en demasía el aspecto económico. Muchas veces la Eutanasia en nuestro país no es una decisión si no la única posibilidad, ya que mantener a una persona conectada a la vida, a la esperanza durante mucho tiempo no es rentable para la clase media venezolana.

Tenemos la visión de los médicos, la visión de la Ley, la visión de Dios, la visión de personas que la han vivido de cerca pero ¿Cuál es la que hay que seguir? No sabremos la respuesta acertada fácilmente, pero decisiones como esa hicieron que se detuvieran el corazón de Enrique Araujo Amorim de 47 años de edad.